martes, 8 de octubre de 2013

El Futuro que nunca Ocurrió

Parece que el progresismo en política es una forma de excusarse a priori por la inacción, que las acciones llegan solo a través de la mano que se agita en forma de puño y que toda su fuerza se escapa en diseñar futuros que nunca suceden.
El futuro que nunca ocurrió, ese podría ser el título del debate sobre el Estado de la ciudad del pasado día 3 de octubre.
En un brindis largo, confuso, superficial y tergiversado el alcalde de Alcoy brindó por la excelente gestión de su equipo de gobierno. Alardeando sobre el pulso desbocado de cada uno de sus concejales, hubiera sido preferible que alardease por el número de promesas cumplidas pero ya se sabe que las promesas son esos trabalenguas en donde también queda trabada la congruencia personal de cada uno y lo cierto es que un tripartito que ahora es bipartito y en donde los papeles de oposición y gobierno no están muy claros, escasea la coherencia y la correlación entre lo dicho y lo hecho.
Escaseó en el gobierno la autocrítica, escaseó en el gobierno el número de nuevas propuestas y escaseó en el gobierno en definitiva el liderazgo, el carisma, la fuerza moral y la fuerza institucional: nada nuevo bajo el sol de Alcoy

Se esquivaron las preguntas más que razonables del grupo del Partido Popular que intentaba reconducir el Pleno hacia un debate fructífero, un debate de producción de ideas y no de autobombo, pero ya se sabe que bajo la bandera del comunismo la producción es algo deleznable y es mejor consumir los frutos ajenos que producir los propios. Eso es lo que está pasando con Alcoy y eso es lo que se reflejó en el pleno.

El nivel de inacción del “gobierno de progreso” de Alcoy ha llegado a un extremo en que en el debate sobre el actual estado de la ciudad se habla de lo acaecido hace dos años bajo otro gobierno. Reconozco que no sé si me encuentro ante el mayor caso de dejación de servicios y de omisión del deber de gobernar más aberrante que ha sufrido Alcoy, o esto es pura y llanamente una táctica política que le niegan a Rajoy en Madrid (cuando tiene todo el derecho) y que utilizan aquí después de dos años sin sonrojarse ni un poco y esto es “la herencia recibida”.
            Por otro lado se arrogaron proyectos que había conseguido el PP para la ciudad demostrando una vez más que la única memoria histórica que aceptan es la que ellos reescriben.

Llegados a este punto está claro que el PSOE e IU poseen la máquina del tiempo o que más bien viven dentro de ella para eximirse de gobernar, no poseen sin embargo la capacidad de formar un gobierno sin fisuras y la capacidad de organizar y llevar a cabo las tareas que una casa consistorial requiere. La frivolidad en el ejercicio de sus funciones y la incompetencia en su ejecución han paralizado a Alcoy y nos encontramos que lejos de reconocerlo, se elogian contentos porque ¡ey es el gobierno de progreso que necesita Alcoy! (que necesitaba pero no votó por cierto)

El Partido Popular valoró el recorrido hecho hasta hora, subrayó lo que consideró errores pero también recalcó de una forma noble y deportiva los éxitos recibidos (que no cosechados) del bipartito, fue capaz de aportar más sugerencias que ningún otro grupo político y tendió una mano que buscaba un compromiso sincero. Y se encontró con que en la otra bancada nadie proponía mejoras en ningún campo, porque “después de lo que recibimos bastante hemos hecho”.

“Bastante hemos hecho”… nunca deberíamos oír esas tres palabras juntas en boca de quienes nos gobiernan, pero ¿¡ey que más se puede pedir a un gobierno de progreso!?

El debate sobre el Estado de la Ciudad fue una prueba más de que el socialismo, el nacionalismo y el comunismo requieren el narcisismo más absoluto o la doble personalidad más rampante de sus correligionarios para poder ser defendidos medianamente: pudimos comprobar cómo se satelizaba la cultura en el área de influencia del Sr. Agulló porque la cultura en manos de la empresa privada es propia de pequeño-burgueses (esos señores gordos y que fuman pipa y que sólo Dickens conoció) fuimos testigos de que el BLOC sigue creyendo en la construcción de muros y barreras porque nada es suficiente para defender el País Valencià (o más bien defenderse de este concepto inventado) y vimos por último al Alcalde menos votado, más inactivo y más atado por sus pactos de gobierno perorar sobre lo alcanzado hasta ahora.

El Partido Popular se encuentra ante una situación difícil porque tiene que hacer oposición de algo que no es, que no hace, que no gobierna y que no es Gobierno. La ciudadanía ya percibe la pasividad del actual Gobierno y…


los errores se subsanan y se perdonan, pero la pasividad es congénita y se castiga en las urnas. 

*Articulo publicado en www.pagina66.com a 8 de octubre de 2013